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lunes, 23 de noviembre de 2009

Deseo, luego existo.

Cogito ergo sum

Pensar, a veces es indeseable, es probable que lo que pensemos, no queramos pensarlo.
nuestros pensamientos chocan constantemente con nuestra moral, a veces actuamos casi de forma automática, a veces se presentan contra nuestra voluntad, de ahí que cometemos errores.

no es nuestra voluntad la de cometer el error, se nos presentan.

el ser sólo es consciente cuando su voluntad, se basa en la reflexión de un conjunto de pensamientos, su ordenamiento, abre las puertas a la intelectualidad y a la razón, al pensamiento complejo.

sin embargo la reflexión, necesita del pensamiento para sostener una idea clara, y objetivo definido, la suma de estas partes y su interdependencia, marcaran necesariamente, la efectividad del intelecto, a la hora de enfrentarse a las dificultades, y a la problemática existencial.

El ser solo puede ser juzgado, por lo que premedita, o planea, y no por el acto simple de pensar.

siempre y cuando, no esté claro que el hecho de actuar en base a pensamientos simples, lo puede llevar al error, entonces el ser es responsable de lo que hace cuando piensa, y cuando reflexiona, es responsable de todos sus actos.

es responsable de todo lo que piensa y reflexiona.

el ser vive en una constante búsquedad de saciedad del deseo, existe el deseo a ser exitoso, a tener bienes materiales, el deseo a ganar, etc.

Pienso, luego existo..

Para poder pensar, es necesario desearlo, en caso que no queramos pensar, o reprimir nuestros pensamientos, también estamos deseando no desear, en ese momento seguimos deseando.
no podemos dejar de hacerlo, en ningún momento de nuestra existencia